DECÁLOGO DEL DEPORTISTA LESIONADO

Cómo deportista de élite, me he visto muchas veces afectado por diversos tipos de lesiones. La verdad, no he sido nunca propenso a lesionarme y en mi carrera deportiva he tenido muy pocas lesiones que realmente me hayan limitado por mucho tiempo. Si que es cierto, que en este ultimo año y medio, la tendencia ha cambiado. Pese a cuidar mucho más todos los aspectos relacionados con el entrenamiento invisible (cargas de trabajo, nutrición, descanso…) he tenido diversos problemas musculares que me han impedido entrenar con continuidad (uno de los pilares del entrenamiento) y por tanto, alcanzar los objetivos que mantenía estas temporadas. El caso es que, últimamente, he tenido que experimentar varias veces el proceso lesional, desde que aparece el dolor hasta que vuelvo a correr.
Me ocurre que actualmente vivo en el binomio “ateta-entrenador/preparador físico”, y es que, entreno para mis objetivos, preparo a otros deportistas para los suyos y además, pronto estaré con el equipo de recuperación y readaptación de la Clínica Podium. Por un lado, sé lo que hay que hacer en estos casos y además es lo que les mando a los deportista que entreno cuando están lesionados, pero por otro, me veo también desde los ojos del deportista que no quiere parar, que quiere seguir entrenando y que le cuesta asimilar que tiene una lesión.

En definitiva, que después de todas estas experiencias (desde uno y otro lado), me he animado a crear lo que voy a llamar el “decálogo del deportista lesionado”.

 

  1. ¡No sigas! Muchas veces mientras entrenamos, comienzan a aparecer molestias o dolor en una zona. Tenemos la tendencia a seguir entrenando, confiando en que desaparezca o que en el menor de los males, no siga aumentando y nos permita terminar ese entrenamiento tan importante que estamos realizando. ¡Y mañana ya veremos! Normalmente, el dolor aumenta y aunque hayamos podido terminar esa sesión, al día siguiente no vamos a poder. Quizás lo más inteligente hubiese sido parar a tiempo.

  2. Se honesto contigo mismo. Muchas veces tendemos a auto-engañarnos con frases como; “sólo me molesta un poco ó es sólo cuando apoyo de esta u otra forma, quizás es por las zapatillas nuevas/viejas, etc”. Si sientes dolor o molestia, por pequeña que sea, reconocerlo te va ayudar a no forzar innecesariamente, y a que tu entrenador pueda adaptarte el trabajo en caso de que sea conveniente. Si al hacer vida diaria, te notas la zona dolorida, está claro que no vas a poder darle caña, así que ¡no te engañes!
  1. Asúmelo. Ha ocurrido, a veces de forma fortuita, otras sin un motivo aparente y otras porque hemos sido muy “brutos” o hemos estado mal asesorados. El caso es que ha aparecido una lesión que nos va a incapacitar total o parcialmente para nuestro deporte durante un tiempo. Cuanto antes seamos conscientes de ello, antes pondremos los medios adecuados para recuperarnos y posiblemente acortemos los plazos para volver a la práctica.

  2. Acude a profesionales. Cuando sufrimos una lesión, es muy importante que acudamos a profesionales de la salud que nos ayuden. A veces, un fisioterapeuta puede ser suficiente, pero en otros casos puede llegar a ser necesario un médico (mejor si es especialista o con experiencia en deporte). También son muy frecuentes las lesiones por una mala técnica, así que un buen biomecánico podría ayudarte mucho. Cuanto antes tengamos un diagnóstico claro, antes podremos saber los plazos de recuperación y los medios adecuados para ello. En ocasiones pensamos que es poca cosa y vamos dejando pasar los días hasta que comprobamos que el dolor sigue ahí y no se ha ido, y entonces acudimos a los profesionales. Quizás hayamos perdido unos cuántos días.
2015-10-21 13.15.12
2015-10-21 13.14.20

5. Deja de probarte. En serio, ¡no lo hagas! Y te digo esto igual que te     reconozco que yo lo he hecho, lo hago y posiblemente lo haré (ya se sabe que en casa del herrero, cuchillo de palo). Pero no, no debemos estar constantemente probándonos a ver si el dolor sigue ahí o no.Te dolió ayer, te dolió hace 2 horas, también hace 45’, y es muy probable que te siga molestando a lo largo del día y mañana. Esas carreritas por el pasillo de casa, esos saltos en las escaleras del piso que hacemos “sólo por ver si ya estoy bien” y que además hacemos sin calentamiento alguno, no pueden más que agravar la lesión.

  1. Cambia los objetivos. Al menos momentáneamente. Sé que llevabas mucho tiempo preparando esa prueba, pero lo cierto ahora es que la posibilidad de participar en ella pasa por recuperarte cuanto antes. Pensar continuamente en si llegarás o no llegarás, sólo te provocará más estrés y te afectará al estado anímico. Estudios ya han comprobado que esto puede provocar que tardes más en recuperarte o en que haya recaídas. Céntrate en recuperarte, ahora el objetivo es ese. Una vez recuperado y de nuevo entrenando, podrás valorar si llegas o no a la competición. ¡Y no seas monotemático! No te obsesiones con la lesión, contárselo a los compañeros nos puede ayudar, pero hablar constantemente de lo mismo no hará que mejoremos. La vida sigue, busca otras cosas que te ayuden a desconectar. Puede que sean sólo unos días, así que dedica ese tiempo a la familia, los amigos o a esas tareas que tenías pendiente desde hace meses.
  1. Paciencia. Las prisas no son buenas consejeras y el cuerpo no se va a recuperar cuando queramos nosotros, si no, no nos hubiésemos lesionados. Sé que es fácil decirlo y difícil hacerlo, pero debemos ser pacientes, poner todo de nuestra mano para recuperarnos y esperar a que lo hagamos. Precipitar nuestra vuelta no nos va ayudar y probablemente nos acabe costando volver atrás en el proceso de recuperación. Además, cuanto más tiempo llevemos lesionado, más tiempo necesitamos para recuperarnos cuando comenzamos con la recuperación. Ocurre mucho con las lesiones tendinosas. Por ejemplo, hay estudios que ya hablan de mínimo 12 semanas para recuperar una tendinopatía de Aquiles, y eso contando con que se está haciendo siguiendo un protocolo y una progresión adecuada.
  1. ¡No lo tires todo por la borda! Sí, vale, te has lesionado, es una p….a. Pero no se acaba el mundo. Aunque las lesiones nos van a impedir realizar nuestra actividad parcialmente o totalmente, debemos mantener nuestra rutina habitual en cuanto a entrenamiento, dieta y descanso. A veces, fruto del desánimo, tiramos por tierra todo ese trabajo y nos abandonamos. Nada de eso, recuerda ¡siempre hay algo que se puede hacer! Hay que tratar de mantener o atenuar la pérdida de condición física. Actividades sin impacto en “elíptica”, ciclo-ergómetro o remo-ergómetro pueden hacer que mantengamos el nivel cardiovascular sin dañarnos. Si encima tienes la suerte de ser de Zaragoza, en Podium tenemos la “Alter G” o también llamada cinta anti-gravedad. Y no te descuides con el descanso y la dieta, porque aunque no puedas entrenar, siguen siendo importantes en la recuperación.
IMG_7716
  1. De 0 a 100 sólo en los anuncios de coches. Vale, te has recuperado, ya no te duele y estás deseando recuperar el tiempo perdido. Pero ¡Ojo! Vienes de un periodo de inactividad o de actividad modificada, así que no puedes volver a entrenar como si nada hubiese pasado, a retomar los entrenamientos por donde lo habías dejado obviando todo el proceso. La lesión puede que esté recuperada pero es posible que los tejidos no estén preparados para soportar de nuevo las cargas del entrenamiento al nivel anterior. Vuelve poco a poco, aumentando volumen e intensidad progresivamente con el objetivo de no dar pasos hacia atrás. Es muy frustrante estar recuperado y por una mala readaptación volver a recaer. Así que escúchate y recuerda el punto 2; al final la vuelta completa a los entrenamientos lo va a marcar tu cuerpo.
  1. Preven. Si, debes tratar de prevenir. Cuando se ha tenido una lesión de cualquier tipo, incluso las fortuitas por golpes o contusiones, hay estadísticamente más posibilidades de que vuelvas a lesionarte de esa misma zona. Si la lesión la ha podido causar una mala elección de material (calzado, ropa, talla de bicicleta…), soluciónalo buscando la opción que te venga bien A TI (de nuevo es importante que acudas a un profesional en este campo). Si la lesión ha sido provocada por alguna deficiencia en el entrenamiento, es hora de que tú, junto con tu entrenador, pongáis los medios para solucionarlo.

En fin, las lesiones forman parte del deporte. A pesar de tener un entrenador que te planifica, de que vas al fisioterapeuta cada 15 días, tratas de trabajar los puntos débiles, intentas cuidar la alimentación y descansar por encima de las posibilidades familiares… a veces los planes no salen como nos gustaría. Has hecho todo lo que has podido y aún así, te has lesionado. Ese sería mi caso ahora mismo. Te digo, de lesionado a lesionado, que no te desanimes, el cuerpo es así, hay que aceptarlo. Puedes hacerlo todo bien y que una lesión te golpee. La genética, los factores ambientales o el “castigo” continuo durante años pueden dar al traste con tu plan perfecto.

En estos casos, al igual que en los otros, te recomiendo que comiences por el punto 1. ¡Ánimo!  Pronto volverás a estar entrenando y volverá a haber objetivos para los que preparase y por los que luchar. Al final, de eso se trata, ¿no?

 

Y ahora, que he sido capaz de plasmarlo por escrito, ¡me toca a mí el primero aplicarlo!

Luis Alberto Marco. Atleta 800mtrs

Licenciado en Actividad Fisica y Deporte.
atl-luis

One response

Deja un comentario

*

Be sure to include your first and last name.

If you don't have one, no problem! Just leave this blank.