Con la llegada del sol y la primavera afloran en todos nosotros la necesidad de recuperar el contacto con la naturaleza. La refrescante sensación de respirar aire puro o el maravilloso silencio que solo se puede oír en la montaña nos estimula para salir de la ciudad y huir del arisco asfalto.

Con ello también afloran multitud de carreras en estos entornos, y se suceden pruebas donde es más importante la distancia vertical recorrida que la longitud lineal que tenemos que completar para llegar a meta.

Sin ir más lejos este fin de semana estaremos ayudando a unos cuantos valientes en la ya reconocida KDRT Trail, y donde muchos de los problemas que encontraremos nada tendrán que ver con la fatiga muscular y sí con torceduras, rasguñazos y golpes por lo abrupto de su recorrido.

 

¿Qué es una carrera de Trail?

Son carreras que se establecen en el entorno de un monte o montaña, y donde supropuesta valor es la dificultad de superar la distancia asociada con un desnivel tanto o más importante. Combinan a la perfección una experiencia deportiva con el añadido de hacerlo en un entorno natural y por lo tanto impredecible.

¿Qué tenemos que tener en cuenta en estas carreras?

Hay varios factores a analizar antes de ponernos manos a la obra. Como ya hemos nombrado alguna vez, el deportista deberá de hacer una reflexión sobre el tipo de esfuerzo que va a exigirse.

Aunque se catalogue dentro de las carreras a pie, la musculatura implicada, así como la biomecánica que se utiliza distan mucho de la carrera convencional por asfalto. Hay que entender que el hecho de subir y bajar escarpadas pendientes o la irregularidad del terreno hacen que a pesar de estar adaptados a correr, nuestras articulaciones, tendones y músculos no están adaptados a este tipo de trabajo físico y es por eso que debemos de empezar POCO A POCO.

¿Qué trabajamos antes incorporarnos a esta disciplina deportiva?

Es recomendable hacer un trabajo específico de propiocepción, donde trabajaremos el equilibrio y fortaleceremos las articulaciones y nuestros ligamentos para prevenir torceduras o esguinces tanto de rodilla como de tobillo.

Ya que no podemos controlar el terreno, debemos centrar nuestra atención en reforzar lo que esté en nuestra mano.

Hay que entender también que aunque parezca que bajar no va a exigirnos esfuerzo físico, e incluso alguno piense que nos puede servir para recuperar, la realidad es que nuestras piernas recibirán una gran carga frenando la inercia de nuestro peso, y eso obligará al cuádriceps a trabajar en contracción ”excéntrica” llevando la mayor parte de la tensión al tendón rotuliano que en caso de nos estar adaptado podrá llegar a lesionarse. Por otro lado glúteos e isquiotibiales trabajarán de manera superlativa subiendo, por eso, trabajar la técnica y realizar zancadas cortas con una cadencia adecuadas nos ayudará a minimizar los problemas tanto al subir como al bajar.

Consejos prácticos para afrontar una jornada en la montaña:

A continuación te dejamos unos consejos prácticos que pueden ayudarte a disfrutar con seguridad esta experiencia:

• Calzado apropiado. Aunque seas corredor y ya tengas zapatillas, debes saber que las zapatillas de asfalto no son las más adecuadas. Es importante equiparse bien y que dispongan de una suela con dibujo, capaz de generar un mejor agarre, además la suela suele aportar mayor estabilidad para prevenir de torceduras y además amortiguar aislando bien el pie de las posibles pierdas que encuentres por el camino.
• Se previsor, no está de más llevar algo de dinero, bebida suficiente, comida, teléfono móvil e incluso un frontal de luz por si se complica la aventura.
• Olvídate del reloj, en estas carreras la marca no suele ser importante para la mayoría de los mortales. Pero si que os aconsejamos un GPS o incluso un mapa, que os pueda ayudar a permanecer en la ruta correcta y evitar sustos.
• La meteorología en estas carreras adquiere una importancia capital. Protegerse del sol en la alta montaña, o tener previsto que pueda llover nos ahorrarán pasar un mal rato y poder disfrutar más de la experiencia.