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Pero si has llegado hasta aquí, es probable que sospeches que tienes alguna de las muchas lesiones en meniscos, y quieras una opinión especializada sobre posibles tratamientos.

Hemos preparado un breve formulario (no más de 2 minutos) en el que podrás contarnos tu caso para que lo revise un fisioterapeuta especializado. Nos pondremos en contacto contigo para explicarte posibles tratamientos y resolver tus dudas personalmente.

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ROTURA DE MENISCO

El menisco es un fibrocartílago situado en la rodilla entre el fémur y la tibia. Existen dos meniscos por pierna: menisco interno, el que más se suele lesionar y con mejor pronóstico; y el menisco externo menos frecuente y de recuperación más complicada.

Los meniscos son dos estructuras con forma de media luna que se encuentran dentro de la articulación de la rodilla. Sirven para amortiguar la carga que se ejerce sobre la rodilla durante la actividad física, y también ayudan a estabilizar la articulación. Pueden darse meniscopatías debido a una lesión aguda, como un giro brusco de la rodilla, o debido a la degeneración natural del tejido con el tiempo.

Generalmente el tratamiento para la rotura de menisco suele ser quirúrgico, mediante artroscopia: se retira o se sutura la parte de menisco dañado que está provocando el dolor. Generalmente, si se retira, no requiere de una rehabilitación postquirúrgica muy específica, ya que suele basarse en un programa de fortalecimiento, pero puede generar peores resultados a largo plazo. En caso de sutura, la recuperación es más lenta porque se deben absorber los puntos, pero evitamos eliminar parte del menisco.

También se puede valorar un tratamiento de fisioterapia para evitar la cirugía tras una rotura de menisco. El mayor problema del menisco es que está poco vascularizado, por lo que es difícil de regenerar. El tratamiento con cinesiterapia para una mejor irrigación, y con ello reparación del menisco, puede resultar muy útil para mejorar la patología, además de técnicas analgésicas como acupuntura o electroterapia para disminuir el dolor.

 

¿CUÁNDO ACUDIR A UN PROFESIONAL?

Tras un gesto de rotación o de flexión máxima de rodilla, el dolor aparecerá de forma súbita, cursando con inflamación, y dolor en la región poplítea (posterior de la rodilla).

Además el dolor puede aparecer al bajar escaleras o al colocarnos sobre una sola pierna o intentar agacharnos.

Se recomienda valoración del alcance de la lesión por parte de un profesional de la salud.

 

CONSEJOS PARA UN MENISCO ROTO

Aplicación de hielo y adaptación de la carga dependiendo de la magnitud de la rotura de menisco, incluso pudiendo tener que hacer uso de bastones.

La mayoría de estas lesiones se tratan quirúrgicamente, sobre todo si se quiere conseguir una solución rápida, pero cada vez más personas deciden no operarse y optar por tratamientos más conservadores y con menos efectos adversos.

Tras la intervención de rotura de menisco es de vital importancia muscular la pierna, evitar el sobrepeso y la reintroducción paulatina al deporte.

 

 

RECUPERACIÓN DE OPERACIÓN DE MENISCOS

Tras la operación de menisco atravesamos distintas fases en las que es posible que el fisioterapeuta te dé un protocolo de rehabilitación. Las fases habituales tras la cirugía son:

  • Fase 1: Inmediatamente después de la cirugía.
    • Se recomienda que el paciente mantenga la rodilla elevada y aplique hielo para desinflamar la rodilla y reducir el dolor.
    • El fisioterapeuta también puede aplicar terapias como la diatermia para ayudar a reducir la inflamación.
    • Durante esta fase, suele surgir la duda de si se puede andar con el menisco roto.
      • Esta es una decisión que deberá tomar el cirujano junto al fisioterapeuta, y que depende del tipo de cirugía realizada.
  • Fase 2: Movilidad y fuerza.
    • Tras la reducción de la inflamación de la rodilla, el foco de la rehabilitación se centrará en ejercicios rehabilitación del menisco para tratar de recuperar la movilidad y la fuerza.
      • El fisioterapeuta puede recomendar ejercicios de recuperación para toda la rodilla centrados en el rango de movimiento para ayudar a recuperar la flexión y extensión completa de la rodilla.
      • También se pueden realizar ejercicios de fortalecimiento de los músculos que rodean la rodilla, como los cuádriceps, los isquiotibiales y otros músculos estabilizadores.
  • Fase 3: Flexibilidad y equilibrio.
    • Una vez que se ha logrado la movilidad y la fuerza suficiente, el fisioterapeuta puede enfocarse en mejorar la flexibilidad y el equilibrio.
    • En esta fase de la rehabilitación del menisco, se busca que la rodilla vaya volviendo a la funcionalidad normal para que esté preparada para el retorno a la actividad.
    • También se pueden realizar ejercicios de equilibrio para ayudar a mejorar la estabilidad de la rodilla y prevenir futuras lesiones.
  • Fase 4: Retorno a la actividad.
    • La última fase de la rehabilitación se centra en el retorno a la actividad. El objetivo es reintroducir gradualmente al paciente a sus actividades normales, como caminar, correr o practicar deportes.
    • El fisioterapeuta puede recomendar ejercicios específicos para la actividad que el paciente desea realizar, así como una evaluación de la técnica para prevenir futuras lesiones.
    • También puede ser interesante combinar el trabajo de fisioterapia con el de un preparador físico para que la recuperación sea más específica. Si te interesa saber más sobre la readaptación deportiva, puedes preguntar a nuestros especialistas de Podium by FISIO.Zaragoza.

Si estás operado de rotura de menisco y sigue doliendo, especialmente en las últimas fases, puede ser signo de que el proceso inflamatorio sigue activo. Sería aconsejable consultar con tu fisioterapeuta para valorar que todo marcha como debe y que los ejercicios de rehabilitación de menisco son los adecuados para ti y tu fase de la lesión.

Además, también es importante seguir unos hábitos saludables para ayudar a la recuperación del menisco. Para una mejor vuelta a la actividad y prevenir futuras complicaciones es fundamental cuidar la dieta y descansar lo suficiente para que el tejido recupere de la mejor manera.

Algunos consejos generales para seguir una buena dieta después de una cirugía de menisco son comer alimentos ricos en proteínas, en vitaminas y en minerales, además de beber abundante agua. Si tienes dudas sobre la dieta puedes consultar con un especialista en nutrición.

En resumen, la rehabilitación multidisciplinar después de una cirugía de menisco es fundamental para lograr una recuperación completa y el fisioterapeuta te acompañará durante todo el proceso ayudarte a acelerar la rehabilitación y prevenir futuras lesiones en la rodilla.

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¿Menisco roto? Resolvemos tus dudas...

Los meniscos se encuentran en el interior de la articulación de la rodilla, entre el fémur (hueso del muslo) y la tibia (hueso de la espinilla). Específicamente, están ubicados en la parte superior de la tibia, cerca de la superficie articular de la tibia.

Hay dos meniscos en la rodilla: uno en la parte interna de la articulación (menisco medial) y otro en la parte externa (menisco lateral). Su forma es similar a la de un «C» y están posicionados para ayudar a estabilizar la articulación de la rodilla y distribuir la carga y el estrés durante el movimiento de la pierna.

Algunas de las lesiones de meniscos más comunes incluyen:

  1. Desgarro meniscal: Una lesión en la que el tejido del menisco se rompe o se separa de su lugar normal. La rotura de menisco puede ser de diferentes tipos, como desgarros radiales, longitudinales, horizontales o en asa de cubo.
  2. Degeneración meniscal: Con el envejecimiento, los meniscos pueden degenerar y adelgazarse, lo que puede causar dolor y limitación en la movilidad de la rodilla.
  3. Lesiones complejas de menisco: Estas lesiones pueden involucrar desgarros en múltiples direcciones o ubicaciones, y suelen ser más difíciles de tratar.
  4. Desplazamiento de menisco: En algunos casos, el menisco puede desplazarse de su posición normal, lo que puede causar síntomas de bloqueo o inestabilidad en la rodilla.
  5. Lesiones de menisco lateral y medial: Dependiendo de la ubicación de la lesión en el menisco (ya sea en el menisco lateral o medial), los síntomas pueden variar y el tratamiento puede ser diferente.

Las lesiones meniscales pueden ser el resultado de lesiones traumáticas, como torsiones repentinas de la rodilla o impactos, o pueden ser el resultado de un desgaste gradual debido al envejecimiento o al uso excesivo.

El tratamiento de las lesiones meniscales puede variar desde reposo y fisioterapia hasta cirugía para reparar o extirpar el tejido dañado, según la gravedad de la lesión y otros factores. Es importante consultar a un profesional de la salud para un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado.

Una meniscopatía es un término médico que se utiliza para describir cualquier tipo de afección, degeneración o lesión en los meniscos de la rodilla.

El menisco en sí mismo no se inflama, ya que es un tejido de cartílago, pero la inflamación puede ocurrir en el área circundante de la articulación de la rodilla debido a una lesión en el menisco o como parte de una respuesta inflamatoria en la rodilla.

La inflamación en la rodilla puede ser tratada con medidas como el reposo, la aplicación de hielo, la compresión y la elevación (método conocido como RICE), así como medicamentos antiinflamatorios recetados por un médico. En casos más graves, o si la lesión en el menisco es extensa, es posible que se requiera cirugía para tratarla.

Los síntomas de un menisco roto pueden variar en gravedad según la ubicación y el tipo de desgarro en el menisco. Algunos incluyen:

  1. Dolor en la rodilla: El dolor en la rodilla es uno de los síntomas más comunes. El dolor puede ser agudo o intermitente y empeorar al doblar o girar la rodilla.
  2. Inflamación: La rodilla afectada puede hincharse debido a la acumulación de líquido en la articulación. Esto a menudo se asocia con dolor y rigidez.
  3. Sensación de bloqueo o enganche: Puedes experimentar la sensación de que la rodilla se bloquea o se engancha al intentar moverla.
  4. Dificultad para mover la rodilla: Puedes experimentar limitación en la movilidad de la rodilla tras la rotura de menisco, lo que puede dificultar la flexión o extensión completa de la articulación.
  5. Sonidos o chasquidos: Algunas personas pueden escuchar o sentir chasquidos o crujidos al mover la rodilla.
  6. Inestabilidad en la rodilla: Un menisco roto puede causar inestabilidad en la rodilla, lo que puede aumentar el riesgo de caídas o lesiones adicionales.

Es importante recordar que los síntomas de un menisco roto pueden variar según la gravedad de la lesión y la ubicación del desgarro. Algunas personas pueden experimentar síntomas leves, mientras que otras pueden tener síntomas más graves.

Si sospechas que tienes un menisco roto o experimentas alguno de estos síntomas, es importante buscar atención médica de un traumatólogo. Un médico puede realizar un examen físico y, en algunos casos, utilizar pruebas de imagen como la resonancia magnética para confirmar el diagnóstico y determinar el mejor enfoque de tratamiento.

El tratamiento puede variar desde opciones no quirúrgicas, como la fisioterapia, hasta cirugía para reparar o extirpar el tejido meniscal dañado.

En general, un desgarro del menisco interno (medial) puede causar una sensación más pronunciada de bloqueo y puede ser más propenso a la inestabilidad de la rodilla debido a su ubicación más central en la articulación de la rodilla. También puede estar relacionado con un mayor riesgo de osteoartritis a largo plazo.

Un desgarro del menisco externo (lateral) puede estar relacionado con un dolor más localizado en la parte exterior de la rodilla y es menos propenso a causar bloqueo completo de la articulación.

La recuperación de una operación de meniscos depende de varios factores, como la gravedad de la lesión, el tipo de procedimiento quirúrgico y la respuesta individual del paciente.

En general, la recuperación de una cirugía de meniscos suele seguir las siguientes etapas:

  1. Inmediatamente después de la cirugía:
    • Después de la cirugía, se te llevará a una sala de recuperación donde serás monitorizado de cerca por el personal médico.
    • Puede que necesites permanecer en el hospital por un corto período de tiempo.
  2. Los primeros días y semanas:
    • Inicialmente tras la cirugía de rotura de menisco, es probable que uses muletas para caminar y un soporte ortopédico o una férula para inmovilizar la rodilla.
    • Tu médico te recetará medicamentos para el dolor y la inflamación.
    • Comenzarás la fisioterapia para restaurar la movilidad de la rodilla y fortalecer los músculos circundantes.
    • Durante esta etapa, es esencial seguir las recomendaciones de tu médico sobre la carga y movimiento de la rodilla.
  3. Semanas a meses posteriores a la cirugía:
    • La fisioterapia continuará siendo una parte importante de tu recuperación.
    • A medida que la rodilla se fortalezca y se recupere, se te permitirá aumentar gradualmente la carga y realizar actividades más extenuantes.
    • La duración de este período de recuperación puede variar, pero en muchos casos, la mayoría de las personas pueden volver a actividades normales dentro de unas pocas semanas a algunos meses.
  4. Recuperación completa:
    • La recuperación completa puede llevar varios meses, y el tiempo necesario variará según la gravedad de la lesión y la respuesta individual del paciente.
    • Una vez que la rodilla haya sanado completamente y hayas recuperado la fuerza y la función, podrás regresar a actividades deportivas y otras actividades físicas.

Es importante seguir las recomendaciones de tu cirujano y fisioterapeuta durante todo el proceso de recuperación. Esto incluye cumplir con el plan de ejercicios y las restricciones de actividad, así como asistir a todas las sesiones de fisioterapia programadas.

La rehabilitación es clave para una recuperación exitosa de una cirugía de meniscos y para reducir el riesgo de complicaciones a largo plazo.

No es recomendable andar con un menisco interno roto, especialmente si experimentas dolor y otros síntomas. Caminar con la lesión puede empeorar la situación y causar daños adicionales en la rodilla

El menisco tiene una capacidad limitada para curarse por sí solo, especialmente en casos de desgarros.

La capacidad de recuperación del menisco depende de varios factores, incluyendo la ubicación y la gravedad de la lesión, la edad del paciente y la vascularización de la zona afectada.

En general:

  1. Lesiones en la zona exterior del menisco (zona vascularizada): En algunas partes del menisco, especialmente en la parte externa, hay un suministro de sangre que puede contribuir a la curación. Los desgarros en esta zona pueden tener una mejor posibilidad de cicatrización natural. En estos casos, los médicos pueden optar por un enfoque de tratamiento conservador que permita al cuerpo sanar el menisco con el tiempo, a menudo con fisioterapia y medidas de cuidado.
  2. Lesiones en la zona interior del menisco (zona avascular): En la parte interna del menisco, la circulación sanguínea es limitada o inexistente, lo que dificulta la curación natural. Los desgarros en esta área suelen requerir una intervención más activa, como cirugía para reparar o extirpar la parte dañada del menisco.

En la mayoría de los casos, cuando se trata de desgarros meniscales, especialmente en personas jóvenes y activas, se prefiere la reparación quirúrgica o la resección de la parte dañada en lugar de esperar a una curación natural.

Caminar con un menisco roto es posible, pero puede empeorar la lesión y causar más daño en la articulación de la rodilla.

Si sospechas que tienes una rotura de menisco, es fundamental buscar atención médica de inmediato. Hasta que recibas atención médica y orientación sobre el tratamiento, es importante descansar la rodilla y evitar actividades que puedan agravar la lesión.

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