¿Tendinopatías y reposo?? ¡¡No!!

Todos en algún momento de nuestras vidas hemos padecido o conocemos a alguien que padece de una, como luego explicaremos mal llamada, tendinitis.
En muchos casos es muy normal encontrarnos en la situación de: “tengo una tendinitis crónica y tengo que dejar de correr”. Sin embargo esto es un error muy frecuente y para ello tenemos que entender cómo funciona.

¿Qué ocurre en una “tendinitis”?

Partiremos de la base de que realmente la tendinitis es más bien una tendinosis. El sufijo –itis lo usamos para hablar de inflamación y –osis de degeneración.
Normalmente, la gran mayoría de las tendinopatías son a causa de muchas sobrecargas relativas del tendón, el cual, no tiene una gran vascularización no puede reparar. Esto, provoca una pequeña degeneración del tendón que van sumando y sumando hasta que aparece el dolor. Es decir, el dolor es sólo la punta del iceberg, por debajo tenemos normalmente factores biomecánicos, movimientos repetitivos, exceso de carga en los entrenamientos, cambios de calzado o de deporte y/o una mala preparación física.

¿Cuáles son las más frecuentes?

Las tendinopatías más frecuentes son:
· El tendón de Aquiles.
· El tendón rotuliano.
· El tendón conjunto epicondíleo (codo de tenista)
· El supraespinoso, en el hombro.

Tengo una tendinopatía, ¿Qué hago?

Como toda patología, requiere de un tratamiento. Sin embargo, en el caso de una tendinosis un tratamiento con antiinflamatorios y reposo no es suficiente, ya que, como hemos dicho no hay inflamación.
La parte más importante del tratamiento es mediante ejercicio. Por supuesto, hay tratamientos que pueden aliviar el dolor como antiinflamatorios, plasma rico en plaquetas, infiltraciones. Y otros que pueden acelerar la recuperación como la Electrólisis Percutánea Intratisular (EPI), las ondas de choque y otro gran abanico de técnicas usadas en fisioterapia y medicina. Eso sí, un tratamiento pasivo en el cual no se implica el paciente (no hace los ejercicios) suele fracasar. Lo más importante es adaptar la carga y empezar a fortalecer el tendón.

¿Qué tipo de ejercicios hago?

Los ejercicios más indicados según los últimos estudios son ejercicios excéntricos, que son en movimientos de deceleración. Aunque normalmente, suelen ser demasiado exigentes al principio del tratamiento así que comenzamos con ejercicios isométricos, es decir en posiciones mantenidas sin movimiento muscular.
Lo ideal es que el fisioterapeuta supervise la evolución de la carga para que sea la óptima.

¿Cómo puedo evitar padecer de una tendinopatía?

Lo ideal es un trabajo de fuerza y una optimización de las cargas. Por ejemplo, en el caso del running, vemos muchos corredores los cuales únicamente corren y eso es un error. El trabajo de fuerza es esencial, ya que es una cualidad básica en cualquier deporte y previene de una gran cantidad de patologías. Por otro lado unos volúmenes de entrenamiento adecuados, calzado oportuno a nuestra forma de correr y una progresividad en velocidad y cantidad de los entrenamientos es nuestra mayor arma para combatir y prevenir las tendinopatías.

Carlos García Cebadera
Fisioterapeuta especializado en lesiones de tendón

En próximas entradas hablaremos especificamente de diversas tendinopatías

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