Dolor Cervical

Dolor cervical: qué es y cómo tratarlo

La pasada semana nuestro compañero Xavi de Miguel, especialista en columna ATM y vértigos, ofreció una entrevista a la sección CuídatePlus de la edición digital del diario Marca, para ahondar en el concepto del «dolor cervical», sus causas, cómo poder tratarlo e incluso prevenirlo.

Un dolor muy común que en ocasiones podría evitarse siguiendo una serie de pautas, que a continuación compartimos con vosotros.

¿Cómo se define el dolor cervical y por qué se produce habitualmente?
Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), el dolor cervical es aquel conjunto de signos y síntomas que alteran el normal comportamiento de las estructuras localizadas en la región del cuello, donde se encuentran las vértebras cervicales, ocasionando trastornos en el sistema musculoesquelético y tejido conectivo.
La etiología es multifactorial. Nos podemos encontrar dolor cervical causado por disfunciones articulares de origen degenerativo osteoarticular, tensiones musculares o alteraciones neurológicas de la misma región, entre otras. Pero también puede ser un dolor referido de regiones adyacentes, como la columna dorsal, el complejo escapulohumeral (hombro) o el sistema estomatognático (región mandibular). No obstante, el componente muscular suele ser la causa más común de visita a un especialista, siendo el control motor el caballo de batalla.

¿Cuáles son los síntomas?
Habitualmente, el paciente acude a consulta por encontrar tensión muscular acompañado de rigidez en los movimientos articulares, sobre todo los giros o rotaciones y la flexión. A su vez, es también común encontrarnos a pacientes con cefaleas, náuseas o dolores radiculares que pueden bajar hasta las manos. Tampoco es extraño que los pacientes refieran dolores a la zona mandibular y facial.

¿Cuáles son las posturas, movimientos o ejercicios que, con más frecuencia, pueden producir el dolor cervical?
Si tenemos en cuenta que el cuello es la única estructura que lucha de una forma constante contra la gravedad, el entramado muscular que lo conecta con el tórax es considerable, y todo aquel movimiento de la cabeza que la desplace fuera de su posición de reposo respecto a la vertical (posición en la que las estructuras miotendinosas realizan un menor esfuerzo antigravitatorio y se encuentran más relajadas), pueden provocar una alteración de los síntomas y, por tanto, una cervicalgia. Entonces podemos decir que aquellas tareas o ejercicios que conlleven una posición adelantada de la cabeza, por ejemplo, podrían desencadenar la aparición de los síntomas.
Pero también es importante comentar que el aumento de las cargas de trabajo y/o el mantenimiento constante de un tono muscular elevado en las regiones adyacentes puede desencadenar la aparición de los síntomas en la región del cuello por sus relaciones anatómicas y mecánicas.
Las actividades de la vida diaria, como son las tareas manuales, estudio, utilización de tecnologías, masticación, atención visual, etc. activarán diferentes complejos musculares que interaccionan con la región cervical.

¿El peso de bolsos o mochilas o llevarlas mal pueden fomentar este problema? ¿Cuál es la mejor forma de llevar el bolso y cuánto peso es el recomendable?
Por supuesto. Si observamos, la columna vertebral está situada en la parte central del tórax. El aumento de peso en uno de los lados por llevar bolsos o mochilas de bandolera, o de una sola asa, provocará un desequilibrio muscular y alterará el centro de gravedad del cuerpo. Éste actuará para reequilibrarse, aumentando más el tono muscular de algunos músculos clave para el cuello, como es trapecio, entre otros.
Por tanto, es recomendable no llevar pesos elevados en bolsos, y colocarlos de modo que acerquemos lo máximo posible la carga al centro del cuerpo, como podría ser en bandolera. Y en el caso de las mochilas, estas deberían llevarse con dos asas y, a poder ser, atadas con una cinta a la altura de la cintura para evitar que se mueva el peso en exceso, con una correcta colocación de los libros dentro.
El peso recomendable de una mochila de dos asas a la espalda no debería superar el 15% del peso de la persona, y en un bolso dependería de la forma de agarre por la musculatura que estaría implicada, pero se recomienda no sobrepasar el 10% del peso de la persona.
También es importante comentar, ya que hablamos de estilos de vestimenta, que en el caso de las mujeres es importante hacerles comprender de la importancia de una correcta elección de los sujetadores, que deberían mantener el pecho firme y estable, mejor si son cruzados y con tiras anchas. Una correcta sujeción disminuirá un tono excesivo de la musculatura pectoral evitando un desplazamiento anterior de los hombros. A su vez, unas tiras anchas se clavarán con menos consistencia sobre los trapecios, evitando que los vectores de fuerzas tensionales ascendentes hacia el cuello se vean alterados y provoquen mayor dolor.

¿En qué medida influye el estrés en el dolor cervical?
El estrés de origen psicológico, ya sea por diferentes factores, altera al sistema nervioso autónomo afectando sobre la relajación muscular. Si una persona no es capaz de relajarse en situaciones en las que la musculatura de diferentes regiones debería estarlo, el tono muscular provocará sintomatología como señal de aviso sobre nuestro cuerpo. En la actualidad existen grandes vías de investigación sobre patologías como el bruxismo, que desencadenan dolor, además de la zona mandibular, en la región cervical.
Por tanto, si el sistema nervioso autónomo, encargado entre otras cosas de la relajación, vigilia y sueño, no consigue recomponerse por factores como el estrés, no habrá una recuperación muscular y las tensiones se mantendrán.

¿Cuándo hay que acudir al médico a consultar el dolor?
Cuando éste tiente una intensidad y duración más elevada de lo normal. Dentro de la lógica, delante de cualquier dolor se debería comunicar a algún profesional sanitario sobre sus características, y este debería derivar al especialista más indicado.

¿Cuál es el tratamiento habitual de este problema (farmacológico)?
Esta pregunta no debería contestártela yo, ya que no soy el profesional indicado por temas de competencias profesionales y conocimientos, pero comúnmente se suele dar analgésicos, antiinflamatorios, antidepresivos, etc. Mejor consúltalo con un médico o farmacéutico.

¿Y el no farmacológico?
Podríamos decir que se tiene que dividir en tratamiento pasivo y activo. El pasivo se encargaría de utilizar todas aquellas técnicas que deberían regular el dolor y el tono muscular alterado, como podrían ser terapia manual, masoterapia, punción seca, electroterapia, termoterapia, etc. El activo se encargaría de normalizar los gestos funcionales alterados normalizándolos sin que apareciera dolor, utilizando ejercicio terapéutico, técnicas miotensivas, terapias de visualización de movimientos, etc.

¿Es bueno aplicarse hielo o calor en la zona? ¿Cuándo en cada caso?
Es una buena opción la utilización de termoterapia para luchar contra la sintomatología del dolor cervical, pero es más importante que un profesional diagnostique la causa para que recomiende si hay que utilizar frío o calor. Habitualmente, solemos recomendar más calor que hielo. La razón es que el calor realiza una función vasodilatadora del sistema circulatorio y beneficia a crear una hipertermia que provocará una distensión de las fibras musculares, además del efecto relajante de las temperaturas elevadas. Por el contrario, si existe una inflamación o un dolor excesivamente grande se suele recomendar hielo por su efecto anestésico. Pero siempre, cada una de las opciones deberían ser indicadas por un experto.

¿Qué ejercicios se pueden realizar para prevenir el dolor cervical?
Recomendamos siempre realizar todos aquellos ejercicios con movimientos cervicales que puede realizar el cuello, pero siempre dentro de los rangos de movimiento de amplitud sin dolor. Estaríamos hablando de flexiones, extensiones y rotaciones. El objetivo en estas patologías es la recuperación del movimiento. Por tanto, éste es el que se debería «recetar» para casa en vez de la inmovilización, ya que hay que evitar por todos los medios que aparezca kinesiofobia, que es el miedo al movimiento por temor a que duela.

Por otra parte, ¿qué ejercicios se pueden recomendar para hacer que desaparezca el dolor cervical?
El profesional indicado debería enseñar a los pacientes a realizar técnicas de automovilización y automasaje, así como ejercicios de estiramientos y reeducación postural para hacer que desaparezca ese dolor.

Xavi De Miguel, Fisioterapeuta
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